Una de las enfermedades más comunes del sistema digestivo es la hepatitis, afecta seriamente al hígado y puede ser una infección leve o en condiciones graves puede causar la muerte. ¿A qué se debe esta enfermedad? ¿Por qué hay varios tipos de hepatitis y cómo diferenciarlos? En Behner le contamos…
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una enfermedad que afecta al hígado por medio de una inflamación y por lo tanto imposibilita su buen funcionamiento. La importancia de este órgano se basa en que regula la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y excreta un producto llamado bilis, que ayuda a descomponer las grasas y las prepara para su posterior digestión y absorción.
¿Cuáles son las causas?
La hepatitis tiene diversas causas que hay que tener en cuenta:
- – Infecciones por virus, bacterias, parásitos, etc.
- – Trastornos de tipo autoinmune.
- – Daños cerebrales.
- – Presencia en el organismo de determinadas drogas, toxinas, medicamentos, etc.
- – Presencia de trastornos de tipo hereditario como fibrosis quística o enfermedad de Wilson.
- – Transfusiones de sangre.
¿Hay diferentes tipos de hepatitis?
Existen diferentes tipos de esta infección que pueden transmitirse de diferentes formas:
Hepatitis por medicamentos: se produce si un paciente consume durante un tiempo prolongado ciertos medicamentos, por lo que hay un desbalance en su organismo y desencadena en la hepatitis, generalmente se da por medicinas como el paracetamol y antibióticos.
Hepatitis por toxinas: el organismo al estar expuesto a hongos como la cicuta verde o algunos tipos de químicos, como el cloroformo y fosfatos blancos, puede conllevar a una hepatitis.
Hepatitis por enfermedad autoinmune: esta puede ser causada por factores congénitos. Las personas con hepatitis autoinmune normalmente tienen otras enfermedades como la enfermedad celíaca, la vasculitis y la tiroiditis autoinmune.
Hepatitis obstructiva: esta se da si el paciente tiene cáncer en el hígado o presenta una serie de coágulos que le impidan el funcionamiento hepático normal.
Hepatitis alcohólica: es producida por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, así mismo puede llegar a producir otras enfermedades como cirrosis.
Hepatitis isquémica: se produce por una disminución de sangre hacia el hígado, puede ser provocada por trombosis y puede conllevar a enfermedades cardiacas.
Hepatitis virales: es la más común de todas y se da por la transmisión de virus ya sea por vía oral, transfusión sanguínea, por contacto sexual o por falta de higiene en el consumo de alimentos como verduras y mariscos, así como la ingesta de agua contaminada.
Tipos de Hepatitis virales
La hepatitis viral se subdivide en diferentes tipos, pero cada uno llega a afectar considerablemente la salud de los pacientes:
Hepatitis A: es causada por el virus de la Hepatitis A (VHA). Se transmite por el contacto con deposiciones de otro enfermo, por falta de higiene en el hogar o bien el consumo de alimentos contaminados y deficientemente lavados. Aunque existe una vacuna para esta enfermedad, es muy importante mantener un entorno aseado para evitar posibles focos de infección.
Hepatitis B: se transmite a través del contacto con la sangre de una persona con la enfermedad, también se pueden propagar a través del contacto con otros fluidos corporales. Esto puede suceder de muchas maneras, como compartir agujas de drogas o tener relaciones sexuales sin protección. Puede causar una infección aguda o crónica y así persistir en la sangre, causando cirrosis (cicatrización) del hígado, cáncer del hígado, insuficiencia hepática y la muerte. También existe una vacuna para su prevención.
Hepatitis C: esta suele ser causada igualmente por un virus y su transmisión es por vía sanguínea, causa hepatitis crónica, cirrosis, cáncer de hígado, insuficiencia hepática y puede causar la muerte.
Hepatitis D: este es un un virus defectuoso que necesita el virus de hepatitis B para existir.
Hepatitis E: se transmite por medio de agua contaminada.
Existen otras hepatitis como la F y G pero han aparecido recientemente, por lo que están sujetas a estudio científico.
Síntomas de la Hepatitis
Aunque la hepatitis es una enfermedad que puede llegar a ser grave, en algunos casos no llega a manifestar síntomas, sin embargo, estos son los más comunes:
- – Fiebre.
- – Fatiga.
- – Pérdida de apetito.
- – Vómitos.
- – Dolor abdominal.
- – Orina oscura.
- – Heces de color arcilla.
- – Dolor en las articulaciones.
- – Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Generalmente los síntomas en una infección leve se manifiestan entre las 4 y semanas después de adquirir la enfermedad, pero sí es una infección crónica los síntomas se manifiestan incluso años después.
Diagnóstico, tratamiento y prevención
La Hepatitis generalmente se diagnostica por medio de un examen de sangre con su respectivo análisis de laboratorio o por medio de pruebas rápidas, algunas de estas pruebas son de hecho similares a los exámenes de sangre para diabéticos ya que se pueden pinchar el dedo y así obtener la muestra, generalmente este tipo de pruebas son más comunes en la Hepatitis B y C, entre las pruebas rápidas más efectivas, destacan las de HBsAg, HVC, HVA marca CTK y ABBOTT.
De igual manera al recibir atención médica el especialista realiza los exámenes de rigor y así mismo verifica su historia clínica y los factores de riesgo que pueden complicar la enfermedad, entre los que están otras comorbilidades o si actualmente la persona está bajo un tratamiento de diálisis.
El tratamiento para la hepatitis depende del tipo que tenga y si es aguda o crónica. La hepatitis viral aguda a menudo desaparece por sí sola, para sentirse mejor, es posible que solo necesite descansar y tomar suficientes líquidos. Pero en algunos casos puede ser más serio que requiera de atención médica especializada.
Aunque casi todos los tipos de hepatitis se solucionan con el reposo, hay algunos casos que requieren de ciertos cuidados especiales, por ejemplo: en el caso de la hepatitis alcohólica es primordial que el paciente se abstenga de consumir bebidas con esta sustancia, por otro lado si alguien padece de insuficiencia hepática será urgente un transplante de hígado.
Hay diferentes formas de prevenir o reducir el riesgo de hepatitis, según el tipo de afección, por ejemplo, no beber demasiado alcohol puede prevenir la hepatitis alcohólica. Existen vacunas para prevenir la hepatitis A y B. La hepatitis autoinmune no se puede prevenir, pero de igual manera debemos tener en cuenta hábitos saludables y de higiene, es fundamental el correcto lavado de manos o el uso de gel desinfectante.
En conclusión, la hepatitis es una enfermedad muy seria a la cual debemos prestar especial cuidado, según la Organización Mundial de la Salud las cifras de muertes por Hepatitis se han multiplicado en los últimos años y han equiparado incluso las cifras de muertes por SIDA. Por lo anterior, se hace un llamado a trabajar juntos para evitar focos de infección por medio de la vacunación e higiene.
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